«Una figura de payaso que trabaja en continua oposición a los buenos deseos del creador, aparece muy a menudo en el mito y en el cuento popular y es culpable de los males y dificultades de la existencia de este lado del velo. Los melanesios de la colonia de Nueva Bretaña hablan de un oscuro ser, “el primero que estuvo aquí, quien dibujó dos figuras masculinas en el suelo, abrió su propia piel y roció las figuras con su sangre. Arrancó dos hojas grandes y cubrió con ellas las figuras, que se convirtieron en dos hombres después de algún tiempo. Los nombres de los hombres eran To Kabinana y To Karvuvu.
To Kabinana se fue solo, se subió a un cocotero que tenía frutos de color amarillo claro, cortó dos todavía verdes y los tiró al suelo; se rompieron y se convirtieron en dos hermosas mujeres. To Karvuvu admiró a las mujeres y le preguntó a su hermano cómo las había conseguido. “Sube a un cocotero —dijo To Kabinana—, corta dos frutos verdes y tíralos al suelo”. Pero To Karvuvu tiró los frutos con la punta hacia abajo, y las mujeres que salieron de ellos tenían las narices feas y aplastadas.”
Un día, To Kabinana hizo un pez Thum de madera y lo puso a nadar en el océano para que en adelante fuera un pez vivo. Este pez Thum llevó los peces Malivaran hacia la playa, donde To Kabinana simplemente los recogió de la orilla. To Karvuvu admiró al pez Thum y quiso hacer uno y cuando aprendió cómo, hizo en su lugar un tiburón. Este tiburón se comió los peces Malivaran en vez de llevarlos a la playa. To Karvuvu, llorando, fue hacia su hermano y le dijo: “Quisiera no haber hecho ese pez, no hace sino comerse a todos los otros.” “¿Qué clase de pez es?” —le preguntó su hermano—. “Bueno —contestó—, hice un tiburón”. “Eres un sujeto desagradable —le dijo su hermano—. “Lo que has hecho será causa de que sufran todos nuestros descendientes mortales. Ese pez se comerá a todos los otros y a la gente también.”»
Joseph Campbell, El héroe de las mil caras (pp. 264-265)
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