John Wick 3: Parabellum (EUA, 2019), de Chad Stahelski. Tercera
entrega de la franquicia protagonizada por Keanu Reeves acerca de las aventuras
de un asesino de élite, ahora convertido en fugitivo de la mafia internacional
a la que antes solía servir, la High Table. Como se sabe, en la entrega
anterior, de 2017, Wick viola las reglas de su gremio, por lo cual pierde todo
privilegio y se convierte en blanco de sus compañeros. Ahora, en Parabellum, Wick trata de sobrevivir al
mismo tiempo que busca llegar hasta las más altas instancias de la organización
para negociar una nueva oportunidad y así conservar su vida. John Wick es una serie consagrada al
espectáculo, así que el desafío es, desde luego, mostrar lo nunca antes visto
en cuanto a escenas de acción, en la línea de hitos del género como The Raid 2: Berandal. Así, hay cuatro
grandes momentos en esta cinta: la pelea en la biblioteca con el gigante Ernest
(Boban Marjanovic), el asesino demasiado puntual; el duelo de los cuchillos; la
persecución a caballo; así como el combate en Casablanca entre los hombres del
capo Berrada (Jerome Flynny) y los perros entrenados de Sofia (Halle Berry),
aliada de Wick. Es verdad que luego la película divaga un poco y que el
enfrentamiento entre Zero, el cocinero de sushi quien además es ninja, y Wick
no está a la altura, con todo y la buena actuación de Mark Dacascos, idóneo
para el papel. Además, resulta un tanto frustrante que la historia vaya a
prolongarse en una cuarta entrega, aunque dada la complejidad del asunto esa
parece la única solución. Así que mejor
tómense su tiempo, para que a John Wick
no le pase lo mismo que a Juego de tronos,
víctima de la premura.
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