“Asentamiento
irregular” es el nombre políticamente correcto de lo que en México se conoce
como una invasión (chabolas, en España), esas casas levantadas en tierra baldía
con los materiales más variopintos y que pueden verse en los bordes de la
ciudad.
En
Las bestias del sur salvaje (Beasts of the Southern Wild, EUA, 2012),
de Benh Zeitlin, asistimos a la vida
cotidiana de un grupo de invasores que han improvisado sus casas al lado de un
río de Luisiana, en lo que se conoce como el bayou, una zona pantanosa, como en aquella canción de Creedence.
Grupo de aventureros en una suerte de comunidad de excéntricos, quienes tienen
que sobrevivir tormentas, inundaciones y lo que para ellos es el acoso de las
autoridades, en apenas un trozo de tierra que llaman La Bañera.
La
anécdota recuerda el documental español Can Tunis (2007), de José González Morandi y Paco Toledo, que cuenta
precisamente la historia de un grupo de vecinos del barrio barcelonés del
título, a punto de ser desalojado por las autoridades. Can Tunis era un
conjunto de casas venido a menos, en sus últimos días habitado por adictos,
niños obligados a crecer demasiado pronto y adultos luchadores.
Las bestias del sur salvaje es una suerte
de variante de Can Tunis, con elementos que si bien no pueden considerarse del
todo sobrenaturales sí son insólitos en una película acerca de la pobreza de un
poblado y la forma en que sus habitantes se las arreglan.
La
cinta está centrada en dos personajes, Wink (Dwight Henry) y su pequeña hija, Hushpuppy (Quvenzhané Wallis). A pesar de la precariedad con la cual viven, el
padre soltero inculca a su hija el orgullo por habitar La Bañera, porque solo
los mejores se quedan, dice. Todo ello aunque lo más prudente en efecto sea
irse.
Sin
embargo, como decíamos, el gran tino de la película es la forma en que evoca la
presencia de elementos fantásticos, como en El laberinto del fauno, donde ocurría algo ligeramente parecido.
En
la “escuela” local, a cargo de Miss Bathsheba (Gina Montana), una profesora que
también es curandera, Hushpuppy recibe lecciones en las cuales le hablan de
unos animales al parecer del paleolítico, los aurochs, que habrían dominado el mundo. En la película, para la
niña son jabalíes gigantes que luego jugarán el papel de manada de dioses en
gran marcha desde las tierras heladas para encontrarse con Hushpuppy, suponemos,
no se sabe si para destrozar La Bañera o salvarla con todo lo que hay en ella.
Sin
embargo, tampoco se puede decir con seguridad si los aurochs
son producto de la imaginación de la niña o bien una alucinación de algún padre
enfermo. De cualquier forma, insistimos, el logro está en el contraste entre
elementos tan diversos: un barrio miserable aunque de gente enloquecida y
lúdica, capaz de recibir la visita de un grupo de criaturas prehistóricas.
Y
si es verdad que la poesía es el arte de lo imprevisto, entonces estamos ante
el advenimiento del inesperado prodigio en el asentamiento irregular, con
participación estelar de los niños en situación de calle, como se dice en el periodismo
actual al uso.
También
es de resaltar la forma en la cual la historia gira en torno a los corazones de
las bestias, de los animales domésticos o del hombre enfermo. Un sonido rítmico
que luego se puede enlazar con el peso de las pisadas de los aurochs sobre la tierra. Porque “los
animales fuertes saben cuando tu corazón es débil”, como dice la niña.
Mención
aparte para la joven actriz Quvenzhané Wallis, que participa de todos los
juegos y peligros que se le presentan en la película, en la línea de los
mejores papeles infantiles, como la pequeña Flora de El piano, Anna Paquin. Todo
ello desde el principio, cuando se celebra una fiesta con pirotecnia. ¿Cómo
terminará aquello?
Lo
que puede reprochársele a la cinta es su apelación a ideas más bien ingenuas,
como cuando se nos asegura que todo el universo está conectado y en equilibrio.
Es verdad que lo dice una niña, pero eso solo confirma que estamos ante un
alegato con frecuencia pueril. Sin embargo, el conjunto no se agota en el
cuento para niños, porque estamos ante una novedosa forma de presentar a los
personajes marginales del sueño americano. (Nominada al Oscar 2013 como Mejor película)
[Posdata del 19 de febrero de 2013: la película se distribuye en México con el nombre de Una niña maravillosa, como se comenta en esta entrevista con el director]
[Posdata del 19 de febrero de 2013: la película se distribuye en México con el nombre de Una niña maravillosa, como se comenta en esta entrevista con el director]
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