Still/Born (Canadá,
2017), de Brandon Christensen. Mary (Christie Burke) pierde a uno de sus
gemelos durante el parto, lo cual le provoca un severo trauma con el cual tiene
que lidiar, al mismo tiempo que trata de cuidar a su nuevo hijo, Adam, y
adaptarse a la vida en una nueva casa. Pronto, la mujer sospecha que su bebé es
acosado por una suerte de demonio ladrón de niños; no ayuda que su esposo, como
es obvio, no le cree y tiene que ausentarse por varios días debido a cuestiones
de trabajo. En la soledad de su hogar, cada vez más amenazante, Mary tiene que
enfrentarse con un fenómeno que desafía su cordura. Película de horror que
juega a convertir lo sobrenatural en una suerte de consecuencia del estrés
posparto, como ocurre en cintas modélicas como El bebé de Rosemary. Still/
Born está impregnada de ambigüedad y misterio y hay en ella varios momentos
de genuino terror, como en la escena de la bañera o en el plano del ducto de
ventilación y lo que oculta. No tiene concesiones y sigue con crueldad la
decadencia de su personaje central, quien no puede distinguir la lucidez de la
locura. Lo que puede reprochársele es su toma de partido en la escena final,
cuando trata de reivindicar lo que antes había cuestionado: la salud mental de
una heroína quien, en sus mejores momentos, tendía a confundirse con la
villana.
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