El director español Jaume Collet-Serra está al frente de la cinta Desconocido (Unknown,
Reino Unido| Alemania| Francia| Canadá| Japón| EUA, 2011), incursión en el cine
de acción después de la película de terror La
huérfana, que ya hemos comentado en estas mismas páginas (ver edición del
20/mayo/2011).
Ahora nos cuenta la historia de un científico, Martin
Harris (Liam Neeson), quien llega
hasta Berlín acompañado de su esposa Liz (January
Jones), para participar en un congreso de biotecnología. Harris sufre un
accidente automovilístico y sus facultades quedan afectadas, pero todavía falta
lo peor: cuando trata de reunirse con su mujer no solo resulta que esta no lo
reconoce, sino que además otro hombre (Aidan
Quinn) se presenta como el “verdadero” Martin Harris. Cuando trata de
delatar al usurpador, como es obvio, todos lo toman por loco. Comienza así una
aventura para tratar de recuperar su identidad.
Igual que pasaba en La huérfana, el punto débil de Collet-Serra es la verosimilitud.
Primero, una cadena de accidentes (demasiadas casualidades), que provocan que
el personaje olvide su portafolio (donde lleva su identificación) en el
aeropuerto. Por eso no puede probarle a nadie que él en realidad es el doctor
Martin Harris.
Luego, pareciera que la justicia en Berlín depende del
departamento de seguridad de un hotel, porque fuera de ahí los criminales
campean a sus anchas, durante persecuciones y balaceras por las calles de
Berlín a las que nadie pone freno a tiempo.
El personaje de Neeson tiene la suerte de ser auxiliado
por la taxista bosnia Gina (Diane Kruger),
quien lo ayuda a escapar de sus perseguidores, entre ellos un matón croata.
Además, Harris contacta a un ex agente de la Stasi (el servicio secreto de la
República Democrática Alemana), como si fuera tan fácil, Ernst Jürgen,
interpretado nada menos que por Bruno
Ganz, a quien el lector seguramente recordará por su interpretación de
Hitler en La caída (o sus parodias,
fácilmente localizables en YouTube). Es
decir, en el Berlín de la Unión Europea uno está expuesto a las experiencias
más variopintas, si nos atenemos a la película.
Sin embargo, todo lo anterior no va en demérito de uno
de los aciertos de la película: sus escenas de acción, así como su intriga
alrededor de la identidad del personaje: ¿quién es Martin Harris? ¿Por qué
alguien querría suplantarlo?
Y es precisamente Bruno Ganz quien enfatiza la
importancia de la historia: “los alemanes somos expertos en olvidar”, dice,
“olvidamos que fuimos nazis, ahora hemos olvidado por completo casi 40 años de
comunismo”. Ahí está lo mejor del filme: la idea de que un viejo agente de la
Stasi se muestre orgulloso de su pasado, en un mundo donde el bloque socialista
se ha vuelto sinónimo de opresión, como puede verse en otra película, La vida de los otros. Curiosamente, el
protagonista de esta, Sebastian Koch,
también tiene un papel en Desconocido.
Menuda incorrección política: proponer a uno de la Stasi como un héroe.
Cuando finalmente el misterio desaparece y el
espectador se entera de qué se trata todo este asunto de la identidad del
científico, el principal sorprendido es el mismo Martin Harris, en la línea de
películas como Corazón satánico (Angel Heart) y su revelación final.
La crítica ha mencionado el antecedente de la saga de
Jason Bourne, de quien ya hemos hablado en múltiples ocasiones. En efecto, el
personaje del asesino que es perseguido por la agencia gubernamental que lo
entrenó se nos muestra una vez más como uno de los más influyentes de los
últimos años.
Bourne tenía que cargar con el peso de haber asesinado
a varias personas, lo cual también atribula a uno de los personajes en Desconocido. ¿Basta la amnesia para
dejar de lado los crímenes que se cometieron en el pasado? Según la película sí
y eso nos lo deja muy claro: la redención es posible por medio del heroísmo,
que nos exoneraría de tener que responder por nuestros actos, por más horrendos
que hayan sido. Algo digno de discutirse, sin duda.
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