Acerca de Biutiful
se ha dicho que es una película en principio muy densa, al tratar una
diversidad de temas, no todos ellos imprescindibles
para la historia principal, que es la siguiente: las desventuras de un español,
Uxbal (Javier Bardem), quien trata de sobrevivir en la Barcelona de los tiempos
que corren. Y sí, en la película también aparecen otros personajes que en
determinado momento de la trama ocupan un espacio o desempeñan una función que
pareciera ser ajena a la historia principal, es decir, la historia de Uxbal y
su lucha en una ciudad llena de contradicciones como la Barcelona actual.
Uxbal es el padre de dos hijos pequeños, a los cuales
tiene que cuidar sin la ayuda de la madre de estos, Marambra (Maricel Álvarez) porque
ésta tiene un problema de adicción a las drogas. Uxbal se ve obligado a lidiar
con las recaídas de su mujer, al mismo tiempo que a él le diagnostican una
enfermedad muy grave. Para ganar dinero, el hombre lidera a un grupo de
inmigrantes africanos, quienes se dedican a la venta de piratería; una
mercancía que se elabora en el taller de los socios de Uxbal, una pareja de
chinos, quienes están al frente de otro grupo de inmigrantes ilegales. Estos últimos,
que también provienen de China, viven prácticamente como esclavos, en las
peores condiciones de trabajo.
Detalle muy importante: Uxbal tiene poderes
sobrenaturales, puede hablar con los muertos, una habilidad de la cual también
obtiene dinero, porque los familiares de los fallecidos le dan unos euros a
cambio de que les cuente noticias del más
allá.
“Veo gente muerta” decía el niño de la famosa película
de terror sobrenatural Sexto sentido,
con la cual Biutiful comparte más de
una característica, sobre todo en lo que respecta a la presencia de un vidente
que sirve de benefactor entre los vivos y los muertos. A propósito de esta
cuestión es importante decir que, al igual que sucedía en Sexto sentido, no estamos ante una simple alucinación del personaje
principal, es decir, no hay una indicación en la historia que nos permita
interpretar la película de esa forma, así que el espectador está ante una
propuesta muy clara: la historia exige ser vista como una fantasía sobrenatural,
cine fantástico, dirán algunos.
Hay varios detalles en la historia, decíamos antes,
que han sido interpretados como excesivos. Por ejemplo: uno de los empresarios
chinos está casado, pero al mismo tiempo es amante de su compañero de trabajo.
Así, el espectador también se entera de los problemas de estos amantes, cuando
viven su relación homosexual en secreto, en el mismo seno de una familia
tradicional: la mujer y los hijos de uno de ellos.
Sin embargo, sin perjuicio de sus posibles defectos
narrativos (que los hay, como diremos), nos parece que el nexo que bien puede
unir las diferentes historias secundarias (o al menos lo intenta) es
precisamente el poder sobrenatural del protagonista. Pero el problema que vemos
con lo anterior es que Biutiful no es
creíble como cine fantástico, porque propone unas determinadas reglas del juego
que luego rompe arbitrariamente, como explicaremos. (Avisamos que para hacerlo
hay que contar ciertos detalles del argumento, cosa que nos permitimos sobre
todo porque la película fue estrenada hace tiempo en México y ha sido muy
comentada.)
Es decir, Biutiful
comienza como una película realista, con
Uxbal que habla con su hija en un contexto muy cotidiano pero, de repente, nos
instala en el otro mundo, en el más
allá, que aquí es visto como un lugar nevado donde los muertos se encuentran y
conversan, en lo que parece ser la puerta de entrada al paraíso, como se
insinúa.
Otra cosa sería haber empezado la película con la
escena del paisaje nevado: de esa forma, el espectador habría sido puesto en
situación desde el principio, para luego permitirse, ya con otras condiciones,
harto distintas, la propuesta de una historia sobrenatural donde vivos y
muertos se enfrentan entre sí, cosa que sí ocurre, por ejemplo, en otra famosa
película española, Los otros.
No obstante, de Biutiful
puede resaltarse la actuación de Bardem, así como de buena parte del elenco,
además de una desmitificación de la idea de Barcelona como ciudad idealizada
donde, para sorpresa de algunos, hay problemas sociales que normalmente no se
asocian con las metrópolis europeas. Esto último dicho con todas las reservas
del caso.
PD: Publicado originalmente en el número de mayo de la revista mexicana Junio 7.
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